Por más de 15 años trabajé en minería y en mis visitas a terreno y a través de tantas mujeres que conocí usándola a diario, llegue a la conclusión de que la ropa industrial era realmente incómoda, siempre en tallaje más grande y de características inadecuadas para nuestro cuerpo, desde el geólogo hasta los pantalones, sin mencionar los zapatos que nos herían los pies y cuyo peso dificultaba nuestro movimiento.
Esta experiencia me hizo pensar en que necesitábamos algo distinto y único para nosotras, que respetará nuestro cuerpo y lo cuidara. Al interior de la empresa en la que trabajaba incluso conversé con varios proveedores preguntando el por qué no hacían ropa especial para mujeres, la respuesta siempre fue la misma, porque no era un buen negocio, era caro y éramos muy pocas.
Sin embargo, yo era parte de WIM (Woman in Minning Chile) y sabía que no éramos tan pocas ni irrelevantes, por el contrario, avanzamos con fuerza cada día por ocupar el lugar que merecemos en minería.
Así, uniendo estos múltiples factores nació en mí un fuerte deseo por ejercer este cambio de paradigma y concretar este sueño… Así nació la piel que vistes.
Decidí dedicar mi tiempo a desarrollar productos específicos para nosotras, y con la ayuda de muchas mujeres de diversas industrias pudimos levantar las necesidades reales de vestuario y realizar la primera línea de ropa, única y exclusiva, que se adecuara a nuestras características físicas.
Sin duda este camino recién comienza y es el más desafiante que he tenido en mi vida, espero que muchas me acompañen y disfruten de esta nueva forma de empoderamiento junto a La Piel que Vistes.